Once días, ya; once días y ningún párrafo rescatable.
Supongo que este proyecto va a funcionar en algún momento. Tiene que funcionar: es mi última esperanza. O no, no sé si la última, pero sí la única. Por ahora, al menos.
Pero me siento tan poco escritor últimamente. Sé que tengo la capacidad de escribir y soy consciente de que lo hago más o menos bien, con buen gusto y, cada tanto, algún hallazgo, algún momento brillante. Las palabras me divierten, me llevo bien con ellas y me gusta jugar a enhebrarlas como un artesano. El problema es otro.
Creo que el corrector está ganándole al escritor. Espero que sea algo momentáneo, pero la verdad es que no puedo evitar la mirada crítica, no puedo sortear ese don espantoso que me obliga a ver los defectos en cada cosa escrita. (Anoche, sin ir más lejos, me indigné leyendo una caja de filtros Melitta.) Y no estoy seguro, pero se me ocurre que eso debe cargarme de miedo, de muerte (son la misma cosa), de respeto por las palabras, de rigidez. Ahora que lo pienso, debo estar atiborrado de todo eso. Amordazado. Maniatado. "Maniatado" vendría a ser algo así como "con las manos atadas"; a lo mejor, debería intentar escribir con los pies. En una de ésas, el hecho de saberme un fenómeno de circo me libera de la responsabilidad sobre la escritura.
Supongo que este proyecto va a funcionar en algún momento. Tiene que funcionar: es mi última esperanza. O no, no sé si la última, pero sí la única. Por ahora, al menos.
Pero me siento tan poco escritor últimamente. Sé que tengo la capacidad de escribir y soy consciente de que lo hago más o menos bien, con buen gusto y, cada tanto, algún hallazgo, algún momento brillante. Las palabras me divierten, me llevo bien con ellas y me gusta jugar a enhebrarlas como un artesano. El problema es otro.
Creo que el corrector está ganándole al escritor. Espero que sea algo momentáneo, pero la verdad es que no puedo evitar la mirada crítica, no puedo sortear ese don espantoso que me obliga a ver los defectos en cada cosa escrita. (Anoche, sin ir más lejos, me indigné leyendo una caja de filtros Melitta.) Y no estoy seguro, pero se me ocurre que eso debe cargarme de miedo, de muerte (son la misma cosa), de respeto por las palabras, de rigidez. Ahora que lo pienso, debo estar atiborrado de todo eso. Amordazado. Maniatado. "Maniatado" vendría a ser algo así como "con las manos atadas"; a lo mejor, debería intentar escribir con los pies. En una de ésas, el hecho de saberme un fenómeno de circo me libera de la responsabilidad sobre la escritura.
Comentarios
eso de la correción... como nos persigue. a mí no me pasa con todo, pero hay cosas sonsas que me ponen mal mal mal. y hay gente que se desespera por la arbitraria falta de acentos en los carteles...
je