Aviso a quien llegue: este blog no pretende absolutamente nada. No hace falta que lea, comente ni se quede. Nadie controlará sus visitas (en este caso, Statcounter no es mi amigo). Haga lo que quiera hacer o siga con su camino. Y, si decide quedarse, sepa que pocas veces será tenido en cuenta: este es apenas un lugar para ejercitarme, un campo de pruebas devastado en el que intentaré recuperar al escritor que alguna vez nadó dentro de mí y que se ahogó, creo, en pos de placeres y estabilidad. Con la conformidad llegó el vacío y la falta de preguntas para hacerme; y sin preguntas no hay respuestas, se sabe. Y no quiero eso.
Ante el riesgo de convertirme en un burgués satisfecho en bata y pantuflas, elijo gritar. Los motivos llegarán después. Ya llegarán.
Si alguien quiere presenciar el proceso que me llevará de ser Gregor Samsa a volverme cucaracha otra vez, bienvenido sea.
Ante el riesgo de convertirme en un burgués satisfecho en bata y pantuflas, elijo gritar. Los motivos llegarán después. Ya llegarán.
Si alguien quiere presenciar el proceso que me llevará de ser Gregor Samsa a volverme cucaracha otra vez, bienvenido sea.
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