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Día 8

Anoche tocamos.
El público no era muy bueno, aunque había un grupito de chicas haciendo tumulto en una mesa y unas cuantas personas cerca del escenario, moviéndose. Andrea se aburrió un poco, pero le gustó; Ale manifestó haberse sentido tocado; Analía nos calificó con un 8.50... Estuvo bien. Y lo que menos me sentí fue escritor.
Estoy en rock mood. Qué lástima.

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Día 40

Tengo que hacer tiempo y, claro, escribo. Porque escribir es siempre una solución. Aunque no conduzca a nada, como en este caso, como casi siempre, yo arranco. Porque puedo y porque quiero, y porque es lo mío. Qué me importa lo demás. Es casi como los documentos de Word que llenaba sin parar mientras esperaba que se terminase de descargar el Football Manager o que llegara la moto con la comida o que el pocero terminase la perforación y me llamara para explicarme cosas, exagerar, pavonearse y cobrar. Lo que hacen todos, bah. En esos documentos, yo escribía a pata suelta (¿?) sobre libros, jugadores de fútbol, vetas subterráneas o lo que fuera; una cosa se encadenaba con la otra, que se enlazaba con la siguiente, que se unía a la próxima, y así, el texto fluía para, finalmente, existir. Yo le daba vida y le regalaba la libertad de vivirla como él prefiriese (de modo inútil casi siempre). Ahora se cortó la internet; quién sabe si estas letras verán la luz. Yo sigo haciendo tiempo, presion

Día 7

Tengo muchas cosas que hacer. Entre las que se relacionan con escribir puedo mencionar: a) carta y mail a Ceci; b) carta y mail a Ana; c) mail a Mara; d) artículo para Comiqueando ; e) artículo para Sudestada ; f) artículo para La secta violeta ; g) resurrección de blogs anteriores; h) todo. Tengo muchas cosas que hacer. Caliento un café y me decido por todo aquello que no está en la lista.

Día 6

No voy a excusarme. Sólo diré que esperaba que esto fuera distinto y que, si empiezo tan pronto a incumplir la única premisa que me impuse (tan sencilla como "escribir, no importa qué, mientras sea todos los días"), no sé dónde puede terminar todo. Ayer hablé con Natacha. Le conté de esta música de ascensores y me dijo, sonriendo mucho, que le parecía una gran idea. Eso me hizo sentir bien y pensar que estoy en el camino correcto. Sí, eso: I'm on the right way . Sólo tengo que disciplinarme. No será fácil (te conozco, Juan), pero lo haré. Sé que sí. Y espero que esto tome vuelo pronto, porque los blogs autobiográficos son lo menos (cuando no se posee una vida memorable). Mi única certeza que aún me gusta la forma que tengo de enhebrar palabras.