Iba a escribir grandes líneas hoy. Pero estoy escuchando música. Tomo la guitarra y el mundo se detiene. Por suerte.
Hubo tres días en los que no existí. Durante tres días solo fui una sombra o un reflejo, un silencio o un zumbido, apenas unos pasos sordos en veredas atestadas de gente y calles desbordantes de metal y motores, una voz audible solo para ciertos mozos, para alguna cajera de supermercado, para la farmacéutica, la psiquiatra y dos o tres personas más del otro lado del teléfono. Hubo una videollamada, también; An puede dar fe de que no me disolví del todo. A lo largo de esos días traduje, dormí con mayor o menor suerte, leí y caminé. Subí y bajé de colectivos y subtes también. Y escribí un diario; una pequeñez que volvió a ponerme en contacto conmigo y con las palabras que se me salen, que se escapan atolondradas y a las que apenas dedico alguna caricia torpe, un poquito de orden. Pero, eso sí, no tengo que dejar que se me pierdan. Porque son la llave que abre mi interior. Si un día las pierdo, quedaré cerrado y seco por dentro para siempre.
Comentarios
Leí tu comentario, te cuento. Conocí la música del Zombienauta por medio de Alejo y Valentina (cuando los capítulos salían cada 10 días y eran cortos y graciosos). La verdad es que e gustó mucho su música, tengo (creo que) todos sus discos. Es la prueba viviente de que se puede ser bueno y tener aceptación sin depender de una discográfica. Así que es que entraría en la categoría de "alguien que disfruta legítimamente su música".
su abrazo es correspondido,espero cruzarlo por las callejas de un Buenos Aires al que regrese hace un par de meses.no deje de enviarme toda informacion relacionada a su nuevo proyecto musical, con todo agrado ire a escucharlos.
p.d:no vuelva a utilizar mi nombre real,me extraña de un super agente que revele informacion tan confidencial en espacios publicos, o como diria Marrone: "cheeee"