Fue una linda tarde, la de ayer.
Oli volvió del jardín muy cariñoso, algo que espero que sea cada vez más habitual, y merendamos juntos mientras charlábamos (más yo con él que él conmigo: sigue costando sacarle palabras; de todos modos, fue un buen momento de conexión).
Después, cuando empezó el partido (Estudiantes contra Central, 0-0), lo vimos un rato. Se ríe mucho con los golpes, las protestas, las acrobacias, ciertas caras en las tribunas... Me dijo también que quería ir a la cancha a ver a Estudiantes y yo le prometí, un poco vagamente, que lo haríamos.
Cuando el partido lo aburrió, nos fuimos a su cuarto a jugar. Primero, dibujamos (me da mucho orgullo el hecho de que lo haga cada vez mejor); luego, armamos unas buenas pistas, y usamos trenes y autitos y todo fue bastante desordenado. Por primera vez en mucho tiempo me sentí metido en el juego, haciendo algo con él, y no solo ocupándome de él. Eso, todo, me alegró el corazón.
Ahora solo espero que hoy podamos tener una tarde igual. ¡Qué voy a escribir!
Cuando el partido lo aburrió, nos fuimos a su cuarto a jugar. Primero, dibujamos (me da mucho orgullo el hecho de que lo haga cada vez mejor); luego, armamos unas buenas pistas, y usamos trenes y autitos y todo fue bastante desordenado. Por primera vez en mucho tiempo me sentí metido en el juego, haciendo algo con él, y no solo ocupándome de él. Eso, todo, me alegró el corazón.
Ahora solo espero que hoy podamos tener una tarde igual. ¡Qué voy a escribir!
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