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Día 12

Estoy en la oficina. Hay trabajo por hacer pero no es tanto y, siendo rondado por un indescriptible malestar, me quedo paralizado. O no, pero casi.
Me preocupa que aún no hayamos solucionado el tema de mi continuidad laboral. No es grave y sé que llegaremos a un acuerdo pero, mientras tanto, eso contamina algo que nunca debió haberse manchado. Y repercute en mi productividad, en la cantidad de palabras leídas por minuto, en mi relación con las letras en general y en la eterna pelea entre mi concentración y mis ganas de irme a dar vueltas por el microcentro lluvioso.
Sin ningún sentido, además.
Pero acaba de llamarme al celular la mamá de mi novia. Quería preguntarme qué tipo de letra es la bastardilla y, al pensar en mí para evacuar esa duda, me dio unos minutos más de entereza. El corrector resiste.

Comentarios

Ana ha dicho que…
agradecé que no te preguntó por la italics porque, en ese caso, sería el castellano el que no está resistiendo los embates del inglés.
Anónimo ha dicho que…
Precisamente: creo que hubiera sabido el significado de italic...

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Día 24

Hace ya varios días que tengo ganas de escribir. Leyendo a cierto escritor —cuyo nombre no mencionaré para no ser tomado por soberbio—, sentí que yo podría redactar algo mejor. Pero no lo hice. Paseando por blogs de amigos y conocidos que nunca pararon, extrañé aquellos tiempos en los que me sentía parte de algo, de una especie de "comunidad" en la que nos reconocíamos por la manera en que plantábamos las palabras en la pantalla, en la hoja de papel imaginaria, y más o menos nos admirábamos por eso. Y quise retomar ese camino. Pero no me sale. Como siempre, la primera opción es esta. Tirar algo acá, en este blog remoto, y ver si germina. Ojalá que sí.

Día 40

Tengo que hacer tiempo y, claro, escribo. Porque escribir es siempre una solución. Aunque no conduzca a nada, como en este caso, como casi siempre, yo arranco. Porque puedo y porque quiero, y porque es lo mío. Qué me importa lo demás. Es casi como los documentos de Word que llenaba sin parar mientras esperaba que se terminase de descargar el Football Manager o que llegara la moto con la comida o que el pocero terminase la perforación y me llamara para explicarme cosas, exagerar, pavonearse y cobrar. Lo que hacen todos, bah. En esos documentos, yo escribía a pata suelta (¿?) sobre libros, jugadores de fútbol, vetas subterráneas o lo que fuera; una cosa se encadenaba con la otra, que se enlazaba con la siguiente, que se unía a la próxima, y así, el texto fluía para, finalmente, existir. Yo le daba vida y le regalaba la libertad de vivirla como él prefiriese (de modo inútil casi siempre). Ahora se cortó la internet; quién sabe si estas letras verán la luz. Yo sigo haciendo tiempo, presion...

Día 7

Tengo muchas cosas que hacer. Entre las que se relacionan con escribir puedo mencionar: a) carta y mail a Ceci; b) carta y mail a Ana; c) mail a Mara; d) artículo para Comiqueando ; e) artículo para Sudestada ; f) artículo para La secta violeta ; g) resurrección de blogs anteriores; h) todo. Tengo muchas cosas que hacer. Caliento un café y me decido por todo aquello que no está en la lista.